sábado, 16 de julio de 2011

Frustración


Los penales son así, espantosos por donde se los mire. Un tipo de definición  que nada tiene que ver con el juego mismo. Pero si se llegó hasta esa instancia, fue porque no se supo plasmar una superioridad en los 120 minutos.
Argentina jugó mejor que Uruguay,  no lo pasó por arriba pero tuvo chances más claras que su rival. Para terminar empatados, mucho tuvo que ver la actuación estupenda del arquero Muslera, figura del partido, y la garra uruguaya.
La selección, esta vez frente a un rival más duro, volvió a mostrar lo bueno que hizo vs. Costa Rica: laterales que subieron (aunque algunos pedían más), un buen iniciador de jugadas como Gago, en sintonía con Messi, un genio como Lionel, quebrando defensas y un Higuaín que en silencio se acomoda para definir lo que sea. El gol tempranero de Pérez fue un balde de agua fría. Pero de la mano del 10 tirado a la derecha, eludiendo, encarando y haciendo amonestar a cuanto rival se le cruzara, Argentina llevaba el mayor peligro al arco uruguayo. Así llegó el empate, centro mágico de la pulga y gol del pipita. De ahí hasta la expulsión de Mascherano, los locales fueron y fueron pero chocaron contra la defensa celeste y Muslera. Uruguay dependió mucho de los pelotazos a Suárez y Forlán, los únicos que atacaron (en algunas se sumo Pereira). Igualmente, esta manera simple de llegar a la ofensiva complicó, y muchísimo a la defensa del checho Batista.  -En la última nota del blog, había destacado este problema que se nos venía: un ataque durísimo de bancar, sin comparaciones  a los 3 enfrentados.-
Argentina juntó al pipita, Tévez, Messi y Pastore pero no fue suficiente para quebrar la defensa rival. La idea de juego del técnico ya había quedado de lado, era más buscar de cualquier manera que pensando alguna jugada bien armada. Pasó el tiempo, llegaron los penales e historia conocida.

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