Arsenal de Sarandí, legítimo campeón de primera división y River
Plate, también campeón legal de la B nacional.
2 torneos diferentes, 2 equipos distintos, uno en 19 fechas
y otro en 38, pero un mismo objetivo logrado.
Arsenal fue un equipo, jugó como un equipo: es
lo primordial en la cabeza de Alfaro y sin tantas urgencias como River, lo pudo
plasmar en la cancha. Una vez salvado de los problemas del promedio, los
jugadores se liberaron y consiguieron un par de goleadas para soñar. El partido
triunfal en la Bombonera lo catapultó al título. Tigre, su rival tenía mucha presión
y no pudo pensar “solo” en el campeonato.
River la tuvo más difícil, no por la cantidad de partidos
sino por la presión de sus hinchas y por la historia del club. No tuvo un gran
juego colectivo como Arsenal pero lo salvaron las individualidades. Cavenaghi y
Ocampos en la 1ra ronda y Ponzio y Trezeguet en la 2da se destacaron sobre el
resto. Aunque Vega, Maidana y Sanchez no desentonaron nunca.
Almeyda hizo un curso aceleradísimo de DT en el peor
instituto, pero aprobó. Su sistema de juego, aplaudido desde aquí, tendrá su
mejor versión en primera, con un par de refuerzos y una vez conseguido un colchón
de puntos para no volver a preocuparse por el descenso.
Salud campeones!