Como compatriota, hablar hoy de Messi sería repetir las palabras de todo el mundo, pero en la final de la Champions hubo otro argentino. Con una tarea excelente en lo que va del 2011, Javier Mascherano se ganó un lugar en el mejor equipo del mundo. Y fue sin brillar con el tiki-tiki de la ofensiva del Barcelona, pero con la marca y el orden táctico de un jugadorazo. El ex-River entiende el fútbol como pocos jugadores, entonces aprendió cómo jugaba el Barcelona para saber como debía jugar él. Pasó de entrar en los minutos finales para hacer tiempo y de jugar partidos “fáciles” a ser, primero el jugador nro. 12 y después a ser el comodín defensivo, siempre sin bajar el nivel en su desempeño. Jugó de 5 solo, de doble 5, de central y hasta de lateral. Jamás, estuvo abajo de 7 puntos su producción dentro de la cancha. Cortó, raspo, barrió, distribuyó, hizo de todo para demostrar quien era y que era capaz de estar entre los 11. Su cruce sensacional frente al Arsenal, se festeja hoy, como un gol de Messi o Villa. El DT pasó de decir “debe adaptarse al juego del Barcelona” a decir que fue el mejor fichaje de la temporada. Mascherano se hizo un hueco en un equipo de ensueño, y ya con la defensa recuperada físicamente, Guardiola se la jugó por él y le respeto el lugar que se había hecho. Sin dudas que la Pulga es la llave para abrir cualquier partido, pero queda claro que para cerrarlos, hay que tener un Jefecito en la cancha. Lo espera Batista, lo esperamos los argentinos para ganar la Copa América en casa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario