Si, ahí va River, a paso firme. Después del empate contra Almirante, los “anti-banda” esperaban otro traspié frente a Chaca. Pero no fue así, los jugadores entendieron que había que ganar y salieron con todo para hacerlo.
River va por el ascenso, pero sobre todo por el campeonato. No cabe en la mente del cuerpo técnico ascender sin ser campeón, y menos en la cabeza de los hinchas.
Hoy el millonario esta puntero, pero le quedan 18 partidos más que difíciles y los que están arriba peleando por lo mismo no son equipitos: Rosario Central se armó para campeonar, el Quilmes de Caruso crece a pasos agigantados, de Instituto jamás hubo dudas, y ahora Gimnasia se está afianzando y se quiere meter en la pelea.
El pelado Almeyda no termina de definir su sistema, pero aplica bien los cambios dependiendo los rivales. Sabe a quién atacar, asfixiando desde el minuto cero y contra quien debe esperar un poco mas (salvo en los partidos vs Boca). En su primera experiencia como DT, está demostrando gran capacidad para amoldarse a rivales y a sus jugadores. Además tiene ojo para mirar bien las inferiores (casos Funes Mori defensor, Abecasis, Ocampos). En lo que debe poner mano dura es en el comportamiento de los jugadores. El caso Dominguez es único, “boquea” como nadie estando en la B, se pelea con compañeros y se muestra fastidioso permanentemente. Cuando en realidad debería tener perfil bajo y dedicarse a jugar como Carlos Sanchez u Ocampos, armas letales del equipo. El ida y vuelta de estos jugadores es vital para lo que pretende Almeyda, una especie de Simeone en cuanto a la velocidad de juego pretendida, pero que no quiere dejar afuera al enganche.
Llegando a la recta final deberá ver si los chicos de las inferiores responden ante la presión o si se la juega por muchachos experimentados para afrontar las fechas más importantes de la temporada.
Con pros y contras, ahí va River, buscando recuperar SU lugar.
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